Resurrexit sicut dixit

...Así reza el pié de la Cruz de la parroquia de Monserrat, dónde hoy se ha oficiado misa por el descanso, ya eterno, de una "buena persona", casi el último eslabón de una familia almeriense, que compartió todo con la mía en la plaza de San Sebastián. Nosotros dedicados a "vivir" y a la medicina, y ellos, también a "vivir" y a la hosteleria, ¿quién no recuerda El Comercio?, parada y fonda de todos los taxis de la provincia, que transportaban a "personal enfermo de visita médica" y a los de la provincia que "venian de compras a la capital". Aún recuerdo a tu abuelo y a tu padre,sentados en la acera en aquellos sillones tan señoriales, en las noches del verano, evadiéndose del furor ebrío de algún cliente tardío de Casa Tonda. Luego en el devenir de nuestra vida profesional, coincidimos en el trabajo, y eso que el bueno de Jesús quiso que no te fueras. Después te alegrastes, pues varias "pasadas" distes en otros Centros, y ya cuándo te ibas a compartir trabajo con tu hijo Eduardo, ¡zás¡ un hachazo...y en un instante ¡te has ido¡ y ¡nos has abandonado¡ He dormido fatal, pues fué Jesús quién en llamada telef+onica me dió la atroz noticia, y superando todas mis "chaladuras", esta mañana de lluvia y viento, que aún persiste, he tomado mi paraguas y he atravesado la Rambla, para dedicarte todos mis mejores recuerdos, cariños y simpatias, por lo que has hecho durante el tiempo que has estado con nosotros, llevándote el grato recuerdo de tus nietos e hijos, que son merecedores de tener una gran Madre. Los que allí estábamos te queríamos, y tambien a tu discreto hijo Eduardo. Y como es costumbre en éste lugar, ahora, querida...ya sabes que "el que va a un entierro y no toma vino...Etc,etc", pues como sigue lloviendo, voy a probar las "migas" del Parque. Amén.