La soledad de un viernes santo

Qué solo noa hallamos en este Viernes Santo sin Gabo, cómo se le conocía al gran Gabriel Garcia Márquez quién fallecia a los 87 años en la ciudad de México, dónde vivía desde el año 1975, que abandonó su país de origen Colombia, considerándose como un colombiano-mexicano, y así que pasen 100 años...seguiremos releyendo su corta pero fructífica obra, la que le valió el Premio Nobel en 1982, y en el recuerdo de Garcia Marquez, vamos regocijándonos en el Valle, entre paseos, compras para el condumio diario, y grandes estornudos, que nos recuerdan que a pesar de la buena temperatura y el calor de adelanto veraniego,aún estramos en primavera de grandes estornudos alérgicos y toses por doquier, que hacen presa en los púbes más púbes, pero todo se permite y se resiste viéndolos trotar por el campo cómo jinetes alados, y de esta manera tan sencilla pasa la SS cuándo ya se acerca y vislumbra el instante de la despedida, y es que cada mochuelo vuela a su nido, y por consiguiente vuelve a apretarnos la soledad, no ya de un viernes, sino la de toda la semana, pero menos mal que llega la temporada taurina, y algún que otro viajecito se pegará al coleto, y ahora recuerdo que la semana que viene estaré en la puerta del Príncipe viéndo y observando el debut de un chiquillo que muestra buenas maneras artísticas, y que está entroncado con el faraón de Camas, y les cuento que en esta mañana de viernes santo, es enternecedor observar, mientras escribo, el juego y la conversación de 4 de las criaturas que dan calor a este hogar, que a tan primeras horas de la mañana, ya se deja acariciar por los primeros rayos de sol, que hasta penetran sobre este ordenador comprobando que será una jornada bastante calurosa aquí en el Sur, que dará paso a un sábado de gloria y domingo de resurrección trambien anunciado con calor, pero menos y así daremos ya por finalizada una SS que me ha parecido...muy corta, Salud.