Toros y política

Hoy no es el momento de analizar la simbiosis entre toros y la mal llamada política, porque lo que da título a éste post, es un recuerdo vivo para un torero, que pese a estar ayuno de arte, con sus singularidades y espontaneidades, encerrándose con auténticas alimañas, durante muchos años, se había abierto paso, y ayer un toro de la ganadería de Ana Romero, que pasta por dónde nació y se crió Juan José Padilla, en Zaragoza le infirió un cornalón, que en manos del gran cirujano Valcarreres, le salvó la vida aunque sea muy duro ponerse, no ya ante un burel, si no ante el terrible espejo de su casa, y os confieso que cuándo anoche, mientras veía el España-Chequia, me llamaron de Sevilla, contándomelo y que no hiciera "por ver las imágenes en televisión, no me lo podía creer, pues no siendo un torero de mi concepción taurina, lo he visto en múltiples ocasiones, en directo y en la tele, y siempre jugándose la vida, con los que ni "quieren ver las figuras", y es que la vida tiene estos revéses, cuándo te abres paso, sin regalarte nada la vida, y te colocas en una zona "para vivir" bien en el mundo del toro, llega un torito de su "campo", de su tierra, y le intenta quitar del "tabaco", pura paradoja, endiñándole un "tabaco" en el argot del taurinismo, pero confío que gracias a su gran pundonor, pueda recuperar la vista del ojo izquierdo y la movilidad facial, y aunque las impresiones son de no "poder vestirse de luces"...¡Juan José...eso dijo el doctor, hace menos de un mes, en la feria de Albacete...!, cuándo un toro, también en el tercio de banderillas, empitonó a otro Juan, al paisano Mora, y el cirujano manchego, se le ocurrió decir "que presumiblemente no podría vestirse de torero..", pues se equivocó... y eso valiente Padilla, quisiera que pueda pasar contigo..., y por hoy, desde mi retiro madrileño, al que llegué ayer hacia el mediodía, huyendo de los males de Ficht, agencia de calificación, que dada las malas notas, sobre nuestra economía...hasta los alegres apóstoles de Málaga, dejan su "cuaderno económico", para una hora antes en que empiece la campaña electoral el 5 de N., y para distraerme, de todo, me voy a la sierra, a Cercedilla, a darme una vuelta para que el aire otoñal, con jersey, me dé en la cara.