Aquí sigo

Por si alguién me ha echado de menos, desde éste primer round debo alertarle de que sigo vivo y cruzando los dedos porque mi salud, al día de hoy, es de espanto por la sencilla razón de que pretendo e insisto en cuidarme siguiendo las directrices que indica el galeno de la SS, entremezcladas con las propias del Navegante,y así en estos dias finales de abril y primero de mayo me he recluido en el excursionismo de la provincia aprovechando el excelente tiempo y a toro pasao, nunca mejor dicho me acerqué a Ohanes a las 72 horas de finalizar la fiesta de San Marcos y el toro ensogao, y cerrando los ojos en la quieta mañana allá en lo alto de la sierra, ví a un pueblo festivo y ensordecedor de 2 a 3 mil personas seguir por sus empinadas calles la suerte del toro ensogao llevado por las férreas manos de sus mozos...¡mozos, porque hay que echarle bemoles!, y es que el pueblo con la cal reciente de sus fachadas para pasear a su patrón, estaba que olía a primavera y alpujarra viva, aunque aún respetando el derecho al descanso tras el ejetreado fin de semana de fiesta, deberían los "del lugar" procurar más imaginación para atraer al turista visitante, ya que el pueblo alpujarreño nada tiene que envidiar a los "de graná", salvo que los dos bares existentes procuraran instalar mesitas al sol fuera de los sombrios locales, y esto sí lo hacen los del pueblo de abajo, o sea en Canjayar, que ya no es ¡alpujarra, alpujarra!, porque la esencia solo la posee la villa de Ohanes, dónde tomé unos boquerones y un lomo al ajo riquisimos en el bar frente al Consultorio, y si en un par de dias me he perdido por la zona media del Andaráx en su montaña, el resto de las cruces he estado bajando al mar, en otro lugar que hacía años que no visitaba, como es Aguamarga, contándome la espontánea Soraya ¡que no es la de Madrid...! anécdotas de la presencia de "la de Suecia y la Máxima" en ésta Semana Santa nijareña, y con un aperitivo en el bar de la plaza, con un pincho de tortilla que ni lo mejora la Encina de Palencia, y en La Playa un arroz negro de excelente preparación, vi anochecer con un café con hielo en la terraza de la Palmera...mirando y contemplando el mar mientras dos chicas con el torso desnudo jugaban a las palas...y comprobé por qué es un lugar escogido por propios y extraños...porque cada uno vive y hace lo que quiere, vistiéndo y yendo cómodo o cómo mejor le parezca...y por la noche concierto entre velas de la Cuba Band, así que pienso volver en setiembre, porque éste en plenos calores que se acercan no sale...de la piscina.