Primera de feria en Almería, con una buena novillada de Juan
Manuel Criado, evento que no se daba desde el 2011, y que ha servido para
comprobar el escaso éxito entre público y afición que no consiguió reunir a
solo un poco menos de media plaza; y si encima los tres actuantes vestían de
azul pavo, que mira que es coincidencia, pues la gente se ha hecho un poco lio,
para saber quién era quién, pues de mi alrededor no sabían si era el mexicano
Leo Valadez, Toñete o el paisano José Cabrera.
El local almeriense, que ha estado encajado entre dos que al
menos torean más y como el que abria plaza, Leo Valadez, se entregó con dos
ejemplares de Criado, mereciendo el primero que saltó a la arena, ser premiado
con la vuelta al ruedo, pero tras una buena faena con capa y muleta, todo lo
malogró usando muy mal la tizona, llevándose al desolladero un gran novillo.
Con el segundo el desenfreno de la merienda provocó que cortase dos orejitas -
incluso con la espada algo cáida - por una faena de oficio y sobrada de
efectos. El hidrocálido está para tomar la alternativa.
El almeriense Cabrera con más ilusión que maestría con los
"chismes" en su primer novillo - que tuvo escasa fuerza - cortó una
orejita por la espada de "ocasión", y en su segundo, un mulo pregonado
de mansedumbre nada pudo hacer, ya que la cuadrilla elegida, fue de lo peor que
se ha visto en una plaza de toros. Con las banderillas mejor que se
perfeccione.
Por último, "Toñete", se encontró con un tercer
novillo que fue superior a la destreza del novillero, dándose cuenta de su
valía en las postrimerías de la última suerte. Otra orejita. Con el que cerró
esta primera de Feria, estuvo mejor, y más cómodo, pero siempre a merced de lo
que el novillo le iba diciendo. Una estocada desprendida y una petición muy
generosa le valió salir a hombros en Almería junto al mexicano.
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