Nuevamente se abrió el coso de la Avenida de Vilches,
para lidiar una corrida de Juan Pedro Domecq Morenés (el tercero de Parladé) y
el sobrero del 5º del Torreón, para Ponce, Fandi y Ginés Marin, siendo el
primer contraste, el que por la pésima megafonía de la plaza se ha guardado un
minuto de silencio por Iván Fandiño, con la particularidad de hacerlo con las
puertas de cuadrillas aun cerradas, cuando lo habitual es tener el minuto justo
delante de la Presidencia. No pasa nada, porque se ha respetado la acertada
voluntad de la empresa, Autoridad y diestros actuantes, y una plaza que se ha
cubierto de aforo en menos de tres cuartos.
Del ganadado que ha saltado al albero, nos quedamos con
los dos primeros, que han acudido al caballo y engaños, con premura y cierta
clase, en donde Ponce se ha mostrado dominador en su quite y la sobria muleta
que ofrecia a un noble animal que repetia con clase sus "tontas
embestidas", y desde que tras 25 años de pasearse por esta plaza el
diestro de Chiva, que duda cabe que el público le espera entregado, y con una
entera "caída" le han pedido con fuerza dos orejitas, que el Presidente
concede.
El Fandi con su vistuosidad al banderillear, le hubiera
hecho lo mismo, al buen toro que le tocó en suerte, pero que deshizo el hechizo
al fallar seriamente a espadas. Ginés
Marín con el tercero, el más esmirriado de la serie, de 480, que siempre ha
sido el peso de los juanpedros, con dos vueltas de campana en los vuelos de
capa, quedó tan mermado que lo que le hizo el torero apenas tuvo fuerza en el
público, pero al matar de estocada arriba, se le entregó una orejita por su
labor.
A partir del 4º tras la merienda, vinieron más
contrastes, como que Ponce a un tosco toro que apenas se creía que iba a
mantenerse en pié, el "enfermero Ponce" lo cuidó al máximo, de menos
a más se fue viendo el maestro como prestigitador de "indultos" a
imagen de lo ocurrido en la Malagueta, con el cuento del Crisol (que por cierto
allí estaba en el callejón su compadre Javier Conde que ensismismado casi
estuvo por pedir el indulto, el tercero en !5 días). Muy "entregado"
Ponce se fue al centro y allí fue la aclamación de arreón y eso que como otro
contraste le pidieron hasta el rabo...y es que este público es tan bueno, que
no lo soportó y enfervorizado por la plaza se fue por cuadrillas camino de
Bilbao (en avión privado) y el pobre Ginés que también torea mañana con él,
pero al no tener avión...toda la noche en la carretera. Sumo Marín otra orejita
en ese esportón tras salir por la puerta grande, solo porque el Fandi le
cambiaron el toro, cuando el presidente, y quizás por su asesor e informe veterinario, creyó que era mas que
que una torcedura de la mano izquierda, y el mulo sobrero de el Torreón, nada
tenia dentro, sólo mucho genio. ¡Y
mañana los Zalduendos!
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